domingo, 24 de mayo de 2009

continuación

-esta es la habitación, Carmela.

Ante ella se abrió la puerta de una habitación naranja y llena de luz. Inspiraba vitalidad y energía.

-vaya, es preciosa...

-me gusta que te guste tu nueva habitación, puedes cambiar el color si quieres…

Carmela se sintió incomoda, aun no había aceptado el trabajo, ni siquiera sabia en que consistía.

-bueno...eh...yo...disculpe, pero no querría molestar...además no se en que consiste aquello que tenga que hacer aquí…

-disculpa Carmela, te lo mostrare.

Salieron de la habitación, que daba a unas escaleras blancas, directa al jardín, donde muchos niños reían y jugaban, y otras tantas mujeres hablaban entre ellas aparentemente entretenidas. Conforme se fueron acercando Carmela se dio cuenta de q

de que muchas de ellas, más de la mitad estaban embarazadas, algunas incluso muy embarazadas... aunque más extraño fue cuando se acercaron más y Carmela observó las grandes franjas moradas debajo de los ojos de todas ellas, parecían enfermas.

-mira Carmela, ellas son nuestras chicas del grupo alfa.

-ho-hola chicas...

Carmela no se esperó la respuesta de las chicas alfa, más cercana a un murmullo que a un hola, no podían hablar, les costaba mover la boca y se les iba la mirada. Carmela sufrió un escalofrío que no la abandonó hasta que se alejaron del grupo.

-Ramón, que les ocurría?

Veras Carmela, le hemos tenido que dar un pequeño calmante, no pasaron ayer buena noche con la tormenta que hubo...y muchas sufrieron ataques de ansiedad.

A pesar de haber dormido profundamente la noche anterior, Carmela sabia que no había habido ninguna tormenta...se empezó a encontrar muy desamparada y angustiada, ese panorama no le estaba dando muy buena espina

-ya... mira Ramón, creo que debería irme, mi familia pronto me echara de menos..

-no tienes familia, Carmela- dijo Ramón, y ante su silencio adopto un tono mas cariñoso y siguió hablando- veras, mi hermano es taxista, te recogió ayer, me contó que te encontrabas sola aquí y que no tenias a donde ir, así que te mando a mi local, para que yo pudiese ayudarte... esas mujeres, las del grupo alfa...se encontraban igual que tu hace unos meses...y ahora están mejorando, míralas, están felices...

No cabía duda, parecían felices, sonreían...pero estaban extrañas, ya no parecían personas, sino marionetas, respondiendo solo a estímulos básicos...

-si, Ramón, parecen muy felices, pero de verdad, tengo que irme, no me interesa este trabajo, lo siento- dijo decidida.

-si no sabes en que consiste Carmela!

Pues explícamelo tú- dijo ya enfadada y dispuesta a repartir golpes si fuese necesario...

-tu función aquí en el jardín Nuevo Mundo será la de molde para crear criaturas perfectas como son los niños que corretean por aquí. Gracias a tu belleza y buenos genes serás la mama del nuevo presidente de los Estados Unidos, de aquel que cree una vacuna contra el sida...

-del inventor de una bomba atómica, del propulsor del nuevo holocausto...- siguió Carmela mas airada que asustada.

-miralo asi, Carmela- su semblante cambió, ahora sonreía amenazadoramente- aquí nadie sabe de qué huyes, nadie te juzgará por lo que hiciste…

En ese momento se dio cuenta de hasta qué punto le había contado a aquel maldito taxista. Eso no lo hizo sólo el cansancio.

Ya era suficiente, afrontaria su castigo, pero no sería parte de aquella locura… ni siquiera sabía qué hacian luego con los niños, ya que no había ninguno mayor de cinco años… y tampoco sabía qué había sido de la anterior inquilina de su habitación…

Se le apoderó el pánico y lo único que pudo hacer fue echar a correr. Demasiado tarde. Sintió un pinchazo en el cuello y cayó inconsciente.

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